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Arte, comunicación e informática:
conocimiento y usos de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación Decano Facultad de Bellas Artes Universidad Nacional de la Plata, Argentina Télf. 542131920
Las transformaciones en el marco de la Educación Superior se configuran a partir de aspectos diferentes,
articulados en una tonalidad compleja. En este sentido, las nuevas tecnologías
juegan un papel doblemente significativo. Por un lado constituyen un nuevo
modo de representación cultural que incide, más allá de su rol de
herramienta, en el imaginario social, como registro de percepción y
condicionante de los modos de producir y comprender la realidad.
Por otra parte estos
soportes técnicos, articulan el circuito comunicacional delimitando el uso de
nuevas herramientas las cuales inciden directamente de los procesos de
comunicación, en la definición de los perfiles profesionales y en la
acreditación de la demanda laboral.
Asimismo, el acceso a estos
recursos vehiculiza la producción de conocimiento y la concreción de políticas
de gestión y planificación estratégicas, a partir de sus cualidades de
registro, acumulación, velocidad, centralización de fuentes diversas,
confiabilidad.
Desde esta mirada, la nueva tecnología constituye un
modo de representación del mundo y simultáneamente una herramienta de poden
En
ambos casos ha sido depositaria de una confianza sin límites, que a la luz de
sus verdaderos aportes en la mejora de la calidad de vida y, en el caso
puntual de la educación superior, de la calidad educativa, merecería una
interpretación menos lineal.
La
presencia en la vida cotidiana de nuevos circuitos comunicacionales y
herramientas tecnológicas, promueve respuestas antagónicas de similar
intensidad. 0 la adhesión que es depositaria una vez más de la fantasía del
progreso basada sólo en el avance científico tecnológico o el rechazo,
también frecuente ante lo nuevo, que tiende a desvalorizar sus aportes.
La
simple utilización del video‑cassette en manos de un niño pequeño, en
sus operaciones más elementales, (detener la imagen, retrocederla,
acelerarla) supone algo más que la adquisición de habilidades operatorias,
implica una modificación estructural del concepto de tiempo que hubiera
problematizado a un adulto promedio hace un par de décadas.
Pero
como correlato, estas habilidades (encender, detener, rebobinar, apagar,
acelerar) constituyen frecuentemente interrogantes indescifrables en la
cotidianidad del mundo del adulto.
Si
se entiende la cultura como una tensión entre tradición e innovación, es
sin duda tarea de la educación superior optimizar la aplicación de los
recursos tecnológicos para mejorar la calidad de su oferta y recíprocamente
preguntarse acerca de la significatividad y las consecuencias de estos
cambios.
La
tendencia a considerar los aportes tecnológicos como un valor autónomo,
neutro, prescindiendo de la situacionalidad en que estos valores se producen,
esteriliza muchas veces la capacidad de transformación y el impacto social
de los mismos.
Desde
esta hipótesis, la tecnología (de igual modo que en otros momentos históricos)
es vehículo de información y comunicación. Pero si los mensajes que se
vehiculizan a través de esas herramientas no realizan contenidos de orden social y son incapaces de expresar en profundidad estados de
consenso y valores humanos, la tecnología deja de
La capacidad de repetir y reproducir al infinito, la
modificación de los conceptos de tiempo y espacio en la vida cotidiana, el
acceso a circuitos de comunicación complejos, el impacto de la adquisición
de tecnologías de punta en la desocupación y el mercado laboral, la compulsión
por construir sistemas de seguridad ante el temor a que se borre la memoria,
aparecen como metáfora epistemológica de los nuevos modos de organización
social que acompañan las transformaciones.
La educación superior participa de esta tensión. Es
necesario entonces conocer, manejar y desarrollar programas de actualización
y capacitación en el empleo de las nuevas tecnologías, en sus múltiples y
diversas facetas y aplicaciones y paralelamente construir espacios de debate y
consenso que permitan comprender su significación y límites. LOS
MULTIMEDIA Y LAS AUTOPISTAS DE LA INFORMACION
En la actualidad, la cultura globalizada con una
ostensible preeminencia de las informaciones y las comunicaciones genera
constantemente nuevos mundos cuyas ramificaciones se extienden más allá de
cualquier previsión, sin aduanas, fronteras o límites que la detengan.
Internet se destaca en esto como la red de redes, sinónimo
de variedad y multiplicidad de mensajes, valores, productos, servicios e
intereses.
La comunicación masiva o multimedia, Internet,
replantea cuestiones relativas a lo público y lo privado. Cientos de voces
y de relatos se entrecruzan. Aparecen como vehículo para el acceso público
pero preservan su carácter anónimo (lo neutro, el 'se' heideggeriano) ya que
los usuarios se identifican con un sobrenombre prescindiendo de otro tipo de
datos. Sin embargo hay personas que si pueden, logran, saben, averiguan más
información sobre otros (los hackers, crackers y phreackers). A medida que ésto
se perfecciona, otros grupos efectúan la contrarespuesta complejizando los
sistemas de seguridad con el objeto
de preservar el ingreso a la privacía de los participantes en estos foros.
Aquellos
que realizan sistemas de seguridad son generalmente ex hackers que acceden al
circuito para trabajar contra su antigua actividad. Se
constituye así la paradoja comunicacional mayor información/ menor cantidad
de propietarios de esos valores. Resulta tentador establecer un paralelo con
otras esferas de la realidad social. El
acceso a la masividad informativa implicará en muy breve tiempo una nueva
especialidad que es desarrollar la habilidad suficiente, los conocimientos
necesarios para encontrar con velocidad y precisión la información
deseada. Como se ha dicho, la educación superior debe asumir la necesidad de
capacitar en los marcos que tiene un inmediato acceso y oponer al universal
abstracto un universal situado en la identidad histórica, la consolidación
de los tejidos sociales, el contacto directo entre sujetos, la afectividad, al
lenguaje propio, la interpretación como competencia para comprender al mundo
desde un lugar. Respuestas posibles frente a la brutal hiperproduccíón de
valores culturales transnacionales, globalizados, cuyo signo es que, ante un
mismo esfuerzo de realización de manufactura de una imagen comunicacional,
se obtenga la mayor cantidad de usuarios, clientes, compradores posibles. El
mercado reemplazando al Estado. De
todos modos, las grandes corporaciones de producción de mensajes están
obligadas a dejar grandes áreas temáticas de lado para abarcar el mayor
grado de universalización en su producción. En ese descarte se producen
fisuras en las que se pueden fortalecer productoras pequeñas y locales, con
el apoyo de profesionales que responden a un nuevo perfil, formados en los
conocimientos multimediales. Las instituciones educativas son parte
sustancial de este desafío. La
aparente democratización de acceso a los medios de comunicación y a las
fuentes de información, se esteriliza cuando es sólo accesible a ciertos
sectores que tienen la capacidad de ingresar, dejando marginadas de estas
tecnologías a un alto porcentaje de la población. En
la medida en que la
tecnología permita una mayor convergencia de los medios de comunicación se
potenciará su democratización. En la industria y aún en la producción de
conocimiento se reemplazarán, en algunos casos, las computadoras personales
por pequeñas terminales de una gran red, las cuales abastecerían del
software y los bancos de datos necesarios para poner en funcionamiento
cualquier tipo de
programa
de computación o aplicaciones informáticas. Esto demanda conexiones en red
que posibiliten un muy alto flujo de información, es decir, redes de alta
velocidad.
El
sistema conocido hasta ahora que lo permitiría hacer y que no tiene práctica
en limitaciones de crecimiento es la fibra óptica. En la actualidad
quienes más fácilmente podrían llegar a abastecer este servicio
de un conexionado de fibra óptica son los canales de video cable, que están
mucho más cercanos de ofrecer este servicio en los hogares. Esta
situación a resolver es lo que se ha dado en llamar el problema de los últimos
300 metros, que sería la distancia promedio entre los nudos
troncales y las terminales hogareñas. No es esa la ventaja de las compa ñías
telefónicas que en este último tramo generalmente utilizan cables de cobre
los cuales tienen un límite, un techo de pasaje de información.
Este
nuevo sistema comunicacional resulta un híbrido entre la computadora y la
televisión. El cableado de fibra óptica por encima del cable
coaxial, tiene la capacidad de portar grandes paquetes de información de ída
y vuelta, permitiendo la apertura a la interactividad. El usuario
puede enviar información de vuelta al lugar donde fue originada y modificaría
al agregarle nuevos datos. Operaciones tan sencillas como ir a
un menú de películas y señalar la elección de preferencia, quizás
reemplacen a los video clubes. Se podrán incorporar poderosos programas
de computación para tareas muy específicas, accediendo a ellos con una total
independencia en el tiempo. E incluso el trabajar en el hogar controlar a
distancia en la oficina y guardar toda la información en un área privada de
la red.
Ya
no se trata de un espectador medianamente pasivo,
sino del que tiene un total control del momento, lugar y extensión
de acceso a la información y la comunicación aún en el marco de las
contradicciones señaladas.
Algunos
autores plantean enfáticamente la pérdida del aura de la obra de su arte
ante su reproducción masiva. Y asocian a los medios como protagonistas de la
degradación de la obra de arte. Es momento de preguntarse si esta
reproductividad técnica acaso no es generadora de nuevas formas de arte.
En
gran medida, las realizaciones artísticas en los nuevos medios son producidos
actualmente por operadores técnicos con una formación asistemática,
atomizada y autodidacta. Cabría preguntarse, por tanto, si son los medios en
si mismos, o quien produce en ellos, los verdaderos ejecutores
de las modificaciones y transcripciones del arte en sus formas más
tradicionales. 0 si en todo caso, es la ausencia de especialistas lo que ha
permitido embestir sobre este vacío.
Esta generación de espacios, para las modalidades
que se están manifestando en un incipiente arte virtual, habrá de ser
rescatando códigos tradicionales enhebrados en los nuevos lenguajes de
expresión. Y paralelamente inventando su propia comunidad virtual a la cual
exponer lo producido, para luego expandirse a toda la comunidad real. Valiéndose
para ello de la escritura, las representaciones visuales y nuevas formas de
producir música e imágenes conceptuales, en la actitud crítica que acompañe
la formidable irrupción de estas problemáticas.
La
información circula a una velocidad y en una magnitud que implica el
desarrollo de habilidades perceptivas y cognitivas para un acceso directo a lo
que se busca o necesita.
PRESERVACIÓN DE LA
IDENTIDAD CULTURAL
Hasta
hace relativamente poco tiempo resultaba habitual escuchar predicciones
acerca de la configuración de un mundo enfáticamente visual en las
comunicaciones como paisaje del fin del discurso guttemberguiano, el fin del
libro. Sin embargo Internet ha vuelto a poner en muy primer plano el relato
lineal, el relato escrito. Con otras herramientas (electrónicas) está
cambiando el soporte que paulatinamente abandona el papel. Sin embargo la
estructura del libro, el concepto de libro, de narración, es reflotado y
renace de lo que parecerían sus estertores. IDENTIDAD
Y GLOBALIZACION
La
infocultura en un mundo interrelacionado por redes con un altísimo grado de
interactividad en la información y comunicación desarrollada, plantea
interrogantes ¿cómo afectará al individuo en la medida que se masifique
este tipo de tecnocultura? Esa acción sobre el individuo, ¿qué cambios
generará en las conductas sociales? Pautas históricamente
validadas como la idea de Nación, soberanía, sufrirán cambios,
indudablemente, en una cultura globalizada. La relación globalización‑regionalismo
sugiere por el momento más preguntas que respuestas.
Por otro lado, la gran capacidad de acumulación y
almacenaje de la información, y por tanto de la memoria, implica una
recuperación del patrimonio cultural e histórico. El problema está en que
una cultura hipertextual, con un interrelacionamiento en el texto, no ya en
forma lineal, sino de una tridimensionalidad del acceso a la información,
genera un relacionamiento espacial con esa información de una manera muy
diferente y novedosa cuyo abordaje científico se encuentra en un estado
preliminar. La tecnología avanzada, como una resonancia de la modernidad, a
una velocidad mayor que la capacidad del conjunto social para comprenderla.
Mientras el individuo accede a lo global resigna cierta referencia de su punto
regional y local. Cobra importancia desde la educación superior la
recuperación y conservación de lo cotidiano. TECNOLOGIA
Y EDUCACION TEcN
Las transformaciones educativas operadas en los países
latinoamericanos y del Caribe se realizan desde diversos enfoques y experiencias
concretas. Pero el elemento común de estos procesos reside en la voluntad política
de transitar el camino que va de la educación repetitiva, informativa y memorística
tradicional a una educación significativa, de contenidos.
En esta línea, la significatividad es social y académica
y por tanto atañe a la educación superior. Uno de sus aspectos centrales
consiste en promover la formación de sujetos críticos capaces de
seleccionar, procesar y otorgarle sentido al desborde de información
circulante, reduciendo la infinitud de caminos posibles a las variables
sustantivas capaces de generar vías de profundización y desarrollos
comprensivos complejos. En el marco de la educación superior en las áreas
de pre y postgrado, extensión e investigación la delimitación de temáticas
preferenciales validadas social y metodológicamente y consensuadas a través
de la participación del conjunto de actores del sistema educativo,
CALIDAD DE LA EDUCACION SUPERIOR
El
proceso de evaluación de la calidad y la autonomía universitaria
Los
procesos de globalización que vienen generando profundas transformaciones a
nivel mundial, en la economía, en la cultura, los impactos
científicos tecnológicos, la integración regional y muchos otros que
afectan masivamente a la sociedades presentan una serie de desafíos nuevos
a los gobiernos y a las sociedades, frente a las cuales se deben ir buscando
alternativas para conjugar las soluciones con los problemas que demandan
estas nuevas realidades.
Entre
los efectos de la revolución científica se destaca la importancia que ha
adquirido el conocimiento y la información en el desarrollo de la sociedad
y de los países, en este sentido es innegable el rol preponderante de la
universidad en la creación del conocimiento y la formación de profesionales,
científicos y técnicos.
La
mayor competitividad en la que se desenvuelven sus actividades, los
diferentes sectores productivos como consecuencia de las exigencias de los
sistemas económicos, los nuevos perfiles que demandan los mercados de
trabajo, exigen a la Universidad revisar y ajustar su modelo de formación
profesional para que la oferta tenga la posibilidad de responder a los
requerimientos del mundo laboral.
Como
un factor más de distorsión de los sistemas de educación universitaria
aparece la masificación del acceso a la educación superior que se traduce en
un importante aumento en la matrícula de las universidades y el crecimiento
significativo de las instituciones de educación superior, muchas veces en un
marco político con regulaciones muy «laxos» y sin planificación estratégica
de la expansión de la matrícula.
En
este marco, el financiamiento estatal de la educación pública genera en la
sociedad una clara necesidad de conocer el uso de aquellos recursos del Estado
destinados a los diferentes niveles. Fundamentalmente, esta interrogante se
genera en vinculación con aquellos servicios a los que no puede acceder la
totalidad de la población, como es el caso de la enseñanza del nivel
universitario. Al interior de las instituciones universitarias este planteo
social, es sentido como la necesidad de demostrar a la comunidad el uso de
los fondos, en la concreción responsable de los objetivos propuestos.
También
no podemos desconocer que los procesos de globalización producen en forma
simultánea una profundización de la segmentación social al interior de las
naciones, acentuando las diferencias entre los distintos sectores sociales.
Frente a este hecho la universidad no puede desconocer su «responsabilidad
social» y debe enfrentar un singular desafio como es el adecuar sus
estructuras rígidas para satisfacer las demandas sociales que no superen
las posibilidades de atender con los servicios educativos, con su estructura
de ciencia y tecnología y de extensión universitaria.
Además,
la Universidad como ámbito del saber tiene la responsabilidad de CONSTRUIR
EL SABER A CERCA DE Sí MISMA: de
sus fundamentes filosóficos, de su misión, de sus objetivos, de su estructura,
de sus funciones, de sus relaciones con el medio. La posibilidad y la
capacidad de construir ese conocimiento acerca de sí misma, es el más claro
fundamento para reivindicar y profundizar la A
UTONOMÍA INSTITUCIONAL. Pero
también de esta posibilidad y capacidad de PENSARSE,
se deriva su mayor responsabilidad en el ejercicio de
la autonomía. Allí missmo encontrará sólido respaldo con la capacidad de
reflexión y la conciencia crítica de los actores de la comunidad
universitaria, frente a la realidad institucional y social en general.
La
autonomía universitaria en un nuevo escenario, caracterizado por los rápidos
avances de la CIENCIA Y LA TECNOLOGIA y el surgimiento de nuevos contextos
sociales, políticos y económicos, exige resignificar la
misma desde las características, posibilidades y exigencias que
configura este nuevo escenario, lo que conlleva la necesidad de evaluar la
calidad de la enseñanza universitaria de manera permanente. El acento
puesto en la defensa de la autonomía está destacando en forma directa el
mayor grado de responsabilidad institucional quese
genera en la instancia de dar
cuentas a
nivel social de los logros alcanzados en vinculación con los objetivos
propuestos.
Frente
a los intensos y variados cambios, la universidad no sólo se ve impulsada y
exigida a intensificar la investigación científica y tecnológica en las más
diversas áreas disciplinarias, sino también a poner en el centro de su
preocupación, investigar el tema mismo de la universidad, sus funciones,
sus objetivos, su organización y calidad de su gestión.
Autoevaluación
y autonomía, dos notas que se refieren mutuamente en el desarrollo
institucional universitario responsable y comprometido socialmente, permiten
perfilar con claridad el papel de la evaluación externa en tanto aporte
para elaborar propuestas de mejoramiento de la calidad. Pero la
responsabilidad de elaborar esas propuestas, potenciarlas y llevarlas a la práctica
corresponde a la capacidad institucional de planeary
hacer efectiva una gestión de calidad. La
planeación universitaria, como alternativa posible a partir de la autonomía,
permite contar con un camino racionalmente formulado para orientar el desarrollo
integral de la institución.
Por
otra parte, surge claramente la necesidad de inaugurar una nueva relación
entre el Estado, la sociedad y las universidades, entre los instrumentos de
políticas públicas que se pueden adoptar aparece con un posicionamiento
efectivo la evaluación de la calidad como un medio de articular esta relación,
permitiendo además el surgimiento de una nueva ética social de la educación
universitaria alrededor de la práctica de la calidad, la eficiencia y el
desempeño académico.
Situaciones
que operan como obstáculos en un proceso de autoevaluación
Sentado
el discurso en la trilogía calidad, eficiencia, y equidad, aparece una
resistencia bastante apreciable en al ámbito académico a la posibilidad de
un cambio en las orientaciones del desarrollo del sistema educativo de
educación superior y de las propias relaciones con el Estado.
Un
sector mayoritario rechaza las prácticas de la evaluación en defensa de sus
actuales niveles de ineficiencia y baja calidad, recurriendo como manto
protector a la defensa de su autonomía, por otro lado se esgrime,
el argumento ideológico que la evaluación amplía los poderes de control del
Estado, avanzando sobre la autonomía universitaria.
Todo
esto indicaría que una de las alternativas que deberíamos usar para vencer
estas dificultades es el desarrollo de la conciencia de la necesidad de la
evaluación académica como un medio de enfrentar la crisis del cambio y
adquirir definitivamente pertinencia social. Mencionaremos
brevemente las situaciones más conocidas que operan como obstáculos en la
organización e implantación de un proceso de evaluación institucional.
•
No está arraigada, y en algunos casos no existe, una cultura de la
evaluación en los actores del Sistema Universitario sosteniendo un
status académico insuficientemente contrastado.
•
Existe un clima de desconfianza frente a la percepción de un modelo de
evaluación estrechamente ligado a una política de distribución presupuestaría
y a un mayor control del Estado.
•
Inexistencia de un sistema de información que incluya, bases de datos
esenciales para iniciar procesos de evaluación.
•
No se ha generado a nivel institucional un «espacio reconocido»
en el tiempo de trabajo académico, de los actores, para encarar
estas tareas específicas.
•
Inexistencia del financiamiiento necesario para atender los
requerimientos específicos que se derivan de las complejas actividades que
supone: GENERAR un
proceso de evaluación y ASEGURAR
SU PERMANENCIA en el tiempo de modo ininterrumpido.
•
Inexistencia de una recompensa salarial acorde con las exigencias que se
derivan de una clara opción por una dedicación exclusiva
y un compromiso fuertemente ligado a lo institucionaL
•
Desconocimiento de la comunidad universitaria respecto a modelos y
metodologías que se proponen, desde los niveles de decisión, para los
procesos de evaluación universitaria.
La
falta de acuerdo se fundarnenta básicamente en que por una parte, se percibe
una clara orientación de las propuestas hacia una perspectiva
sincrónica, lo que significa la no consideración
de las particularidades
del proceso de desarrollo institucional, que determinan profundarnente la
realidad que se analizan y por
otra parte, que en dichas propuestas
no se prevé la valoración de las características particulares del contexto
socioeconómico y cultural en el que la Universidad desarrolla sus actividades.
Calidad
universitaria y permanencia social
El nuevo escenario universalmente aceptado,
determina que resuene con más intensidad el interrogante acerca de, en que
medida la universidad está en condiciones de responder a los nuevos requerimientos
de la sociedad. Hoy el compromiso de reconocer sus carencias y las de la
realidad en la que esté inserta, resignificar sus funciones de docencia,
investigación en función de los requerimientos que provienen de todos los
sectores y ámbitos. Así, es posible, interpretar la calidad universitaria en
el contexto más amplío, asegurando su pertinencia social; por ello es
necesario trabajar en el ámbito de la determínación de la calidad
universitaria tanto en el plano conceptual como en el de la realidad ¡otra y
extrauniversitaria.
De igual modo, el tema de acreditación
universitaria está estrechamente ligado a esta delimitación conceptual. Es
común vincular el tema de la acreditación universitaria de manera exclusiva
con los valores e intereses de la comunidad académica. Esta perspectiva
refuerza la imagen de la universidad intramuros y la aisla más de su contexto
social en un enfoque superador, resulta necesario generar y definir un espacio
de participación para los diferentes sectores sociales, en el proceso de
acreditación, lo que permitiría lograr la coherencia necesaria entre la
propuesta teórica de interpretar la calidad universitaria en el contexto social
con el proyecto institucional que se formula y se concreta en la práctica.
DESCRIPTORES
ENSEÑANZA SUPERIOR; TECNOLOGIA DE LA
INFORMACION; COMUNICACIONES HIGHER EDUCATION; INFORMATTON TECHNOLOGY; COIMUNICATIONS. |
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